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lunes, 5 de julio de 2010

La profecía de Ojos de fuego




Decía hace siglos la anciana Ojos de Fuego:

“Llegará el día en que la codicia del hombre hará que los peces mueran en las corrientes de los ríos, que las aves caigan de los cielos, que las aguas ennegrezcan y los árboles ya no puedan tenerse en pie.”

¿Y cómo recuperar la salud después de tan grave enfermedad?

Ojos de Fuego veía el porvenir tan negro como tan azul. Y su profecía va más allá de la destrucción que estamos viviendo:

“Llegará el día en que algunos personas despierten de su letargo para formar un mundo humano nuevo que enaltezca la justicia natural, la paz, la libertad y el respeto por El Gran Espíritu.”


Este Espíritu no tiene tótems de piedra ni representación alguna que haga esclavos. Es el Gran Espíritu del Universo que llevará la conciencia otra vez de unidad. Donde se funden la fuerza con la delicadeza. La muerte con la vida.

Es entonces como los ríos fluirán limpios nuevamente, los bosques abundantes ofreciendo su hermosura y esplendor, aves y millones de especies manteniendo su propia armonía.

Semillas de un amanecer que está empezando a clarear.


Los guerreros dejan sus espadas. Son almas puras entregadas al milagro de vivir.