Qué importa si lo que escribes es triste o feliz, bueno o malo, de éxito o fracaso, con o sin nombre… si no dejas que salga todo estás obviando la otra parte de la luna.
El arte como semilla no es público ni mercancía, aflora para estar ahí, para ser independiente. Tiene vida propia. Desde que sale de ti ya es él.
Una vez que le diste vida dejas de guiarlo. Tu misión fue esa. El arte de escribir es parir.
Si salió de ti qué te impulsa a decir que es tuyo… No te olvides que lo fuiste haciendo con todo lo que encontraste. Desde que le das vida a algo o alguien tienes que dejarlo libre; no te pertenece. Es de la vida y para la vida.
